jueves, 11 de diciembre de 2008

Elementales de fuego


FUEGO: SALAMANDRAS, DRAGONES, LIMINÍADES Y BASILISCOS


Las salamandras son el espíritu del fuego. Sin estos seres, el fuego no puede existir. No pueden encender un cerillo sin un ser de salamandra presente. Hay muchas familias de salamandras, diferentes en tamaño, apariencia y dignidad. Algunas personas las han visto como pequeñas bolas de luz, pero más comúnmente son percibidas como un ser en forma de lagarto y miden un pie o más de altura aproximadamente.Se considera que las salamandras son las más fuertes y poderosas del todos los elementales. Su gobernante es un magnífico ser llameante llamado Djin. Aquellos que lo han visto dicen que es terrible, no obstante inspirador en apariencia.Las salamandras tienen la habilidad de extender su tamaño o disminuirlo, como sea necesario. Si alguna vez necesitan encender una fogata en la selva, llamen a las salamandras y les ayudarán.También se dice que las salamandras (y otros seres elementales) pueden ser traviesos a veces. Por ejemplo, un temperamento apasionado y condiciones sin armonía en la casa de una persona pueden hacer que estos seres hagan problemas. Son como niños en que no entienden completamente los resultados de sus acciones. Son afectados en gran medida, como lo son todos los espíritus de la naturaleza, por el pensamiento de la humanidad.


Liminiades


Son seres mágicos menos notables que las salamandras aunque poseen algunas características muy interesantes: carecen de cuerpo, son sólo una esfera de luz.


Dragones


Los dragones alados son seres mágicos afines al fuego. Poseen la capacidad de elevarse y son muy temidos por todos los elementales. Sólo una salamandra puede hacerles frente.
Un dragón de buen humor también puede ser bondadoso, pero si se encuentra ofuscado los destrozos que pueden generar, lanzando torrentes de fuego, son importantes.


Dragones Wyvens


Los dragones Wyvens son algo inferiores a los dragones comunes. Si están ofendidos, no utilizan el fuego para atacar o defenderse como aquellos sino que con sus garras y aguijones, intentan atacar al enemigo con un veneno en ocasiones mortal.


Basíliscos


Los Basíliscos poseen solo un ojo sin párpado en el medio de la frente. Las leyendas dicen que el basílisco nace de algunos huevos de gallina que carecen de yema, o cuando se trata de gallinas muy viejas o gallos colorados. De éstos huevos, nace un gusano color rojo que busca guarida debajo de una casa y se esconde hasta transformarse en basílico.
Si alguien mirara al basílisco directamente a su único ojo, podría quedar instantáneamente ciego o incluso morir. Temido en los bosques porque su presencia puede marchitar las plantas.
Sólo puede exterminarse un basílico si se coloca frente a él un espejo: de esa manera, se eliminará a sí mismo.

Elementales de aire


AIRE: SILFOS


Los silfos son los espíritus del aire. Su elemento tiene el índice vibratorio más elevado de los cuatro (además de la tierra, agua, fuego). Viven cientos de años, con frecuencia alcanzando los mil y nunca parecen envejecer. Se dice que viven en las cimas de las montañas. El líder de los silfos es un ser llamado Paralda quien se dice que habita en la montaña más alta de la Tierra.Los silfos con frecuencia asumen forma humana pero solamente por cortos períodos de tiempo. Varían en tamaño, desde ser tan grandes como un humano hasta ser mucho más pequeños. Son volátiles y cambiantes. Los vientos son su principal vehículo. Trabajan a través de los gases y éteres de la Tierra y son amables hacia los humanos. Generalmente se les ve con alas, pareciéndose a los querubines o hadas. A causa de su conexión con el aire, lo cual está asociado con el aspecto mental, una de sus funciones es ayudar a los humanos a recibir inspiración. Los silfos son atraídos a aquellos que usan sus mentes, particularmente a aquellos en las artes creativas.

La misión de estos seres es la de mantener el aire a salvo de la contaminación.
Rigen huracanes, remolinos, vientos y todo movimiento de las masas de aire.
Por eso, pueden provocar cataclismos si algún humano los ofende.
Este tipo de criaturas se caracteriza por un estado de ánimo algo cambiante.
Los silfos en especial, prefieren vivir solos en lugares abandonados u ostentosos.
Las sílfides de género femenino, velan por las nubes y las lluvias. Son bellas y suelen manifestar su belleza ante los seres humanos.
También pueden ser musas inspiradoras para los artistas porque pueden poner en funcionamiento mentes bloqueadas de quienes trabajan con la imaginación.
Son definitivamente benévolas y de todos los elementales, las más próximas a los ángeles.

Elementales del agua


AGUA: Ninfas, Sirenas, Nereidas, Náyades, Ondinas y Duendes del Agua


El elemento agua caracterizado por el amor y las curaciones, representando la estación otoñal y el atardecer, esta habitado por Ninfas, Sirenas, Nereidas y Ondinas, que se presentan como criaturas mitológicas en todos los ambientes líquidos tales como mares, ríos, arroyos de agua dulce, cataratas y hasta las nubes. Su apariencia es variable de acuerdo a su hábitat.
Las Nereidas son quienes gobiernan los mares.
Las Ondinas, que los griegos llamaban Náyades, se encuentran en los lagos, y tienen un predominio de la coloración azul y una energía receptiva.
Las Sirenas son mujeres-pez de gran belleza y con una preciosa voz.
Cuenta la leyenda que en el pasado eran seres humanos, pero fueron convertidas en pez por poderes desconocidos.
La parte superior de su cuerpo es una hermosa mujer de piel como de seda y tono bronceado y de cabellos verdosos o azulados similar a las algas. Su parte inferior es la de un pez con cola y escamas verdes-plateadas.
Sus formas son parecida a la de los seres humanos, con mismo el peso y altura. Aunque las sirenas suelen vivir unos 150 años.
Su alimentación se basa en algas, plancton y peces pequeños. Para respirar bajo el mar usan las escamas de su parte de pez, que les permiten estar varios días bajo el agua sin necesidad de salir a la superficie.
Los machos son conocidos como Tritones. La sociedad de estos seres es fuertemente patriarcal. Sus poblados están instalados en acantilados y arrecifes. Están construidos con corales y conchas marinas. Les gusta habitar en paz y armonía con su entorno.
Las sirenas son muy coquetas y les encanta adornarse el pelo con corales y conchas. Suelen salir a la superficie y tumbarse sobre rocas a entonar sus cantos.El canto de la sirena es muy dulce y melodioso.

Elementales de la tierra


LOS DE LA TIERRA: GNOMOS, HADAS Y ENANOS


Denominación extraída del griego, genomos, o "el que vive dentro de la tierra". La variedad de estos Espíritus de los Elementos es, como en todos los demás, tan grande que abarca desde ciertos monstruos (que así podríamos llamarlos basándonos en el latín, en el sentido de "prodigios" o "alteraciones de lo normal", y siendo para ellos la tierra sólida el ámbito en el que se mueven, como para los humanos lo es el aire, no encuentran otra resistencia en las más duras rocas, que nosotros ante las ráfagas de viento), hasta los pequeños enanos que refleja el folklore de todos los pueblos. De los primeros podemos decir que están en continuo movimiento, en expansión y retracción, pudiendo alcanzar tamaños semejantes al de los más grandes mamíferos conocidos. Los segundos, de aspecto humanoide, no suelen levantar del suelo más de un par de palmos.
Estos últimos son los más conocidos: enanos u hombrecillos inocentes, bondadosos y crueles como los niños. Carecen de toda conciencia ética y no podríamos decir de ellos que "buenos" ni "malos".
Traviesos por naturaleza, gustan burlarse de quienes los buscan torpemente y son, en cambio, sumisos servidores de los verdaderos Magos. Aunque los tiene que haber de ambos sexos, ni las narraciones ni mi propia observación registran hembras. El aspecto suele aparentar una edad madura, aunque no representa lo que nosotros llamamos "edad", pues viven siglos y no conocen, como nosotros, los estados de niñez, adultez y vejez. Sus apariencias son siempre las mismas.
Salvo la cabeza, grande en relación al cuerpo como en el caso de los enanos humanos, son bien proporcionados.
Van siempre vestidos y parece ser que, sobre un "patrón" de ropa a la manera campesina, copian las modas humanas que les son contemporáneas cuando nacen, y así las guardan todos los siglos que duran sus vidas. No existe apariencia de desgaste en dichas ropas, aunque no dan la sensación de ser nuevas sino arrugadas y ajadas como si fuesen muy viejas, pero indestructibles.
Aun en los mayores grados de materialización, obtenidos tan sólo en condiciones especiales y en lugares no frecuentados por los humanos, no emiten sonidos ni los perciben.
Huyen del Sol y aman la luz de la Luna, de los pequeños candiles y de las luciérnagas. Apacibles, suelen estar mucho tiempo inmóviles.
Los hay no mayores que la altura de un puño, no más altos que un pulgar, como dicen los cuentos para niños. Estos son muy difíciles de percibir por los adultos, aunque ellos han de creer todo lo contrario, pues en presencia o cercanía de los humanos se "esconden" tras las cosas, en los rincones menos iluminados o, aprovechando su poder de pasar a través de la materia, en los cajones de los muebles que no han sido abiertos en mucho tiempo. Gustan de la cercanía de los niños y les sugieren lugares y posiciones para sus juguetes, bailes y cantos, rondas y juegos de escondrijos. Traviesos, hacen encantamientos psíquicos que evitan a los adultos el hallar pequeñas cosas como ser lapiceros, gafas, agujas, clavos. Retirado el "velo", se divierten viendo cómo se encuentran las cosas perdidas, a veces en lugares distintos a los que estaban, lo que presupone en ellos una cierta posibilidad de traslación, aunque es mucho más corriente que sus propios encantamientos, unidos a los desconciertos, angustias y apuros que provocan sus travesuras en los humanos, hagan que sean las mismas personas las que lleven el objeto en la mano y lo coloquen en otras partes sin ser concientes de ello.
En las épocas de las Corporaciones Laborales, cuando el hombre no había automatizado su posibilidad de trabajo y cuando ponía verdadero interés en él - tal cual lo vuelven a poner los artesanos - los pequeños Gnomos eran sus invisibles compañeros de taller, sus ayudantes de tareas. En casos excepcionales, algunos ocultistas lograron con su magia hacer trabajar ejércitos de Gnomos, materializados por lo menos en parte, en su auxilio; pero tal tipo de trabajos forzados desagradan a los Elementales, los que gustan tener cierta iniciativa que es un equivalente al juego o diversión.
También se han registrado en Oriente una variedad de Gnomos, o simplemente mutaciones de los mismos, que llegan a tener una apariencia humana normal y que ayudan a los viajeros en los caminos, pueden hablar y dar consejos, aunque no comen ni duermen como los humanos y tampoco envejecen. En estos casos están siempre solos y son confundidos con monjes. La misma versión la encontramos en la antigua Grecia, pues los monakhós eran los emisarios de Hermes que, en las encrucijadas de los caminos, tenían sus escondrijos y cuidaban las primitivas ermitas. Se decía de ellos que no comían ni amaban, ni hablaban casi, prefiriendo hacerse entender por señales. La tradición quiere que tuviesen algo en su anatomía diferente a la de los humanos: las puntas de las orejas, lo que los emparentaba con otro tipo de Elementales de los bosques que luego fueron llamados Silvanos. El típico gorro de Hermes servía para ocultar esta anormalidad, que muchas veces fue relacionada con el Mito del Rey con orejas de burro y dotado de poderes parapsicológicos, como Midas.
Los Gnomos u hombrecillos pueden, si lo desean, trasladarse con enorme velocidad y estar instantáneamente donde quieren estar. Y así, hacen pequeños servicios a los Magos que están en relación de trabajo con ellos, como avisos en base a ligeros golpes dados en muebles, y otros que veremos más adelante. A pesar de no tener un alma en grado de diferenciación, como la humana, logran la apariencia de ella bajo la influencia de un ocultista práctico que pueda comunicarse efectivamente con ellos.
Las Hadas son asimismo Elementales de la Tierra, aunque sus múltiples variedades y la tradición literaria y popular las exalta de tal manera que, en numerosos países, la denominación es sinónimo de hechicera o maga, como en la versión de la Baja Edad Media y la Renacentista del Mito de Merlín en la Saga de Arturo, en donde Morgana aparece como un Hada.
De apariencia similar a la humana, sus tamaños varían entre el diminuto y el de una persona normal.
Regidas asimismo por la Luna, gustan reunirse en lugares alejados de toda presencia humana y bailar en círculos en los prados circundados de bosques. La especial forma de reproducción de las setas, que configuran una expansión de la especie en forma de anillo, ha emparentado estos vegetales, en la tradición popular, con los círculos de las Hadas. Es que, ciertamente, son las Hadas muy expertas en el conocimiento de las virtudes ocultas de las plantas y de los minerales. Hábiles en encantamientos, magias y hechicerías, inspiran a los curadores naturales sus extrañas y a la vez rudas artes, en donde se mezcla la intuición con el recuerdo mutilado de una ciencia perdida. Cierta variedad está estrechamente ligada a los humanos, y en las viejas monarquías solían dar a los recién nacidos sus regalos en forma de bendiciones, o de maldiciones si había circunstancias negativas de por medio. Gustan de los niños en general, sugiriéndoles juegos y protegiéndolos de los peligros, e inspirándoles telepáticamente las acciones que los preserven vivos y alegres.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Espiritus en la Naturaleza

ESPÍRITUS DE LA NATURALEZA



‘Hablar’ telepáticamente con los espíritus de la naturaleza es entender que fueron creados para ayudar a restaurar el balance de la naturaleza ya que la humanidad es bi-polar y está en un constante estado de destrucción. La destrucción de los ecosistemas alrededor del mundo – el Amazonas se queda sin bosque – sólo por poner un ejemplo.

Están aquellos de nosotros que amamos las frecuencias amables y compasivas de muchos espíritus de la naturaleza – trabajando con ellos – o solamente estando en sus energías mientras avanzamos en la evolución de la conciencia.

Los Espíritus de la Naturaleza son una forma que permite a la conciencia humana conectarse más allá de lo físico y estar en otros planos.

REINO ELEMENTAL


Hay cuatro elementos básicos de la naturaleza: el fuego, el aire, la tierra y el agua. Dentro de cada uno de los cuatro elementos hay espíritus de la naturaleza que son la esencia espiritual de ese elemento. Están hechos de una sustancia etérea que es única y específica a su elemento en particular. Son entidades vivientes que con frecuencia se parecen a los humanos en forma pero habitando su propio mundo.

Los seres en el Reino Elemental trabajan principalmente en el plano mental y son conocidos como ‘constructores de forma’. Su especialidad es traducir formas de pensamiento a formas físicas transformando patrones mentales en patrones etéreos y después en físicos. Cada uno de ellos es especialista en la creación de alguna forma específica ya sea en un electrón o en un espacio interestelar.

Los elementales van en tamaño desde los más pequeños que un electrón hasta los más vastos que un espacio galáctico. Como los ángeles, los seres elementales comienzan su evolución pequeños en tamaño y la incrementan cuando evolucionan. Los elementales que sirven en el planeta Tierra se materializan donde sea que recojan los pensamientos y sentimientos de la humanidad. Esta relación tiene la intención de facilitar la remanifestación del “cielo en la Tierra”.


ELEMENTO

ELEMENTAL O ESPIRITU

Aire

Silfos - Elfos

Agua

Sirenas - Ninfas - Ondinas - Nereidas

Fuego

Salamandras

Tierra

Gnomos - Duendes - Hadas

Introducción a los seres elementales


DATOS INTRODUCTORIOS A LOS SERES ELEMENTALES


Dentro de la mitología de todas las culturas alrededor del mundo, existen registros de la presencia de seres mágicos protectores de la naturaleza, éstos ha recibido una infinidad de nombres, pero su función siempre ha estado relacionada con los elementos de la naturaleza, así, existen elementales de aire, agua, fuego y tierra.

Existen fuentes correspondientes a culturas nórdicas y germánicas, tales como la cultura celta, así como precedentes de culturas de oriente, en países como la india y china.

La literatura que podemos encontrar acerca de estos seres es realmente extensa y muchas veces la información ha sido transmitida como leyendas o cuentos de generación en generación. Pero existen importantes fuentes bibliográficas que nos hablan de los seres elementales, entre ellas tenemos a la información proporcionada por Paracelso en su “Tratado sobre los seres elementales”, también a Leadbeater con su libro “Espíritus de la naturaleza”, y entre los más importantes es necesario citar a Jorge Livraga con su libro “los Espíritus Elementales de la Naturaleza”.